Un lustro juntos, cuando me decias al conocerme que yo era peligroso, nos lo jugamos todo o nada hace 5 bonitos y largos años. Aunque debo admitir que no ha sido fácil, y menos cuando de por medio está una inmensa e infinita capa azul imposible cruzar a pie. Miraba al cielo esperando tu llegada, pero todo era imaginación propia. Quise hacernos el mayor regalo y recortar esta realidad. Con todas mis extremidades extenuadas y mi mente rebosante de fe. Al tomar tierra y dirigirme a tu domicilio, no pude creer lo que divisaban mis ojos a través de unas viejas lentes sucias. Arrimada a mi supuesto camarada de pequeño. De repente, cae todas mis creencias y mi rostro que se inunda de frías y decepcionantes lágrimas. Tal desconcierto que regresé a casa. Todo era una gran mentira. Cuesta mirar hacia delante después de un desamor, las rupturas son muy duras, no es fácil decir adiós. Debería sustituirse por un "hasta pronto". Aunque en este caso ni adiós fuése la palabra adecuada, solo ese desgarrador, profundo y doloroso silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario